viernes, 20 de agosto de 2021

 

Guía de práctica clínica (GPC) para la prevención, diagnóstico y tratamiento del sobrepeso y la obesidad en adultos

 La obesidad es una enfermedad que se origina en una gran diversidad de factores que incluyen aspectos genéticos, sedentarismo, sobrealimentación, alteraciones de apetito y saciedad, malos hábitos alimentarios y otros diversos factores endocrinos, neurológicos, psicológicos y fisiológicos, que configuran una condición multifactorial. La importancia central de la obesidad radica en su relación con la mortalidad. Según registros de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el 2008, 1400 millones de personas mayores de 19 años de edad tenían sobrepeso, y cerca de 200 millones de hombres y 300 millones de mujeres eran obesos. En Colombia, según la Segunda Encuesta Nacional de la Situación Nutricional (ENSIN), se reportó un aumento en la prevalencia de sobrepeso y obesidad de 5,3 puntos porcentuales en adultos de 18 a 64 años de edad (45,9 % a 51,2 %), al comparar con los resultados previos de la ENSIN 2005, y la prevalencia se incrementa progresivamente entre los diferentes grupos etarios, al pasar del 5,2 % en los niños menores de 5 años al 17,5 % en el grupo de los 5 a los 17 años, y llegando hasta un 51,2 % entre los 18 y los 64 años de edad. En Colombia, las enfermedades crónicas son responsables del 75 % de la mortalidad [6] y generan un alto costo al sistema, puesto que pueden ser responsables de hasta el 36 % de los costos totales de una institución de salud; pero el 80 % de estas enfermedades son consideradas prevenibles y se encuentran fuertemente asociadas con estados de obesidad [6]. Teniendo en cuenta los anteriores registros, se han implementado políticas y planes estratégicos tendientes a disminuir los factores de riesgo y la prevalencia de sobrepeso y obesidad. La OMS ha establecido el Plan de Acción 2013-2019 para la prevención y el control de las enfermedades no transmisibles. En Colombia, en el 2001 se implementó la Política Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional, se desarrolló el Plan Nacional de Alimentación y Nutrición 1996-2005 y se promulgó la Ley 1355 del 14 de octubre de 2009. Asimismo, se dispone en el país de protocolos de atención que incluyen las Guías colombianas para el manejo científico de la obesidad y el sobrepeso, 2011, desarrollada por la Fundación Colombiana de Obesidad, bajo la modalidad de opinión de expertos. 



FUENTE: Escobar Duque, Iván Darío; Sánchez Vanegas, Guillermo; Aldana-Parra, Fanny; Arévalo-Rodríguez, Íngrid; Dorado, Luis Fernando; Alba, Magda Jeannette; Guevara, César; López Jaramillo, Patricio; Cepeda, Magda; Mikler, Rami; Garzón, Jonny Alonso; Vera, José Fernando; Jácome Orozco, Álvaro; Arrieta Guzmán, Hernán Jafet; Buitrago Lizarazo, Gilberto; Filizzola Montero, Viviana; Fuentes Paris, Sergio Andrés; Godoy Casasbuenas, Natalia.(2017) Guía de práctica clínica (GPC) para la prevención, diagnóstico y tratamiento del sobrepeso y la obesidad en adultos. Universitas Médica, vol. 58, núm. 2,


 

Obesidad infantil: un nuevo enfoque para su estudio

 


La Organización Mundial de la Salud (OMS) en el informe de 2014 de la comisión para acabar con la obesidad infantil, indica que en el mundo el número de menores de 5 años que padecen sobrepeso u obesidad aumentó de 32 millones en 1990 a 42 millones en 2013. De acuerdo con informe del Banco Mundial, en países de ingresos bajos y medianos la prevalencia de sobrepeso y obesidad infantil en preescolares supera el 30 %; de mantenerse esa tendencia, el número de menores de 5 años con sobrepeso aumentará a 70 millones en 2025. La obesidad se caracteriza por un aumento en los depósitos de grasa corporal, lo cual se refleja en una ganancia de peso causada por un balance positivo de energía, como consecuencia de alimentación con una alta densidad calórica por el exceso consumo de carbohidratos y grasas. La obesidad infantil se ha convertido en una pandemia, por lo tanto, es un problema de salud pública que es urgente abordar, reconociendo que es una enfermedad de curso crónico, que tiene como origen una cadena causal compleja, de etiología multifactorial, en la que interactúan factores individuales, genéticos, conductuales y ambientales, incluyendo estilos de vida, así como determinantes sociales y económicos. La obesidad infantil tiene importantes repercusiones en la adultez, puesto que entre el 77 y el 92 % de los niños y adolescentes obesos siguen siendo obesos en la edad adulta. En la actualidad los niños registran enfermedades que eran comunes en personas adultas, tales como diabetes, hipertensión arterial, enfermedad coronaria, enfermedad vascular cerebral y dislipidemia, que los conducen a padecer el denominado síndrome metabólico; además de diversos tipos 494 Salud Uninorte. Barranquilla 2017; 33: 492-503 de cáncer, como de mama, esófago, colon, endometrio y riñón, entre los más frecuentes. 
Los niños obesos son generalmente afectados en el ámbito psicosocial, ya que por lo general registran una percepción negativa de su silueta, baja autoestima, un nivel bajo de confianza en las capacidades físicas propias y un interés escaso para participar en actividades físicas; y pueden llegar a padecer discriminación, exclusión social y depresión. Asimismo, otra consecuencia que actualmente está siendo foco de atención es el impacto directo de la obesidad en la economía mundial. Teniendo en cuenta la magnitud de la obesidad, su etiología multifactorial, las consecuencias para la salud y los altos gastos generados a la economía mundial, es necesario seguir avanzando en su estudio por medio de métodos que permitan establecer los factores que determinan tal enfermedad y las relaciones existentes entre esos factores; de esa manera se pueden plantear estrategias y mecanismos potencialmente apropiados para combatir la epidemia mundial de obesidad.




FUENTE: Muñoz Muñoz, Fabián Leonardo, & Arango Álzate, Catalina (2017). Obesidad infantil: un nuevo enfoque para su estudio. Salud Uninorte, 33(3),492-503. 

Obesidad infantil y su relación con indicadores cardiopulmonares en escolares mexicanos


El panorama mundial indica que por lo menos 155 millones de niños en edad escolar tienen sobrepeso u obesidad. En México, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) realizada en el 2012, el 19,8% de los escolares presentan sobrepeso y el 14,6% obesidad, representando alrededor de 5’664.870 niños.). El sobrepeso y la obesidad se caracterizan por la acumulación anormal y excesiva de grasa corporal, lo que acompaña alteraciones metabólicas que incrementan el riesgo para desarrollar comorbilidades. La etiología de estos padecimientos es multifactorial; sin embargo, la principal causa es la combinación de las siguientes condiciones: susceptibilidad de padecer obesidad por la presencia de variaciones genéticas; pérdida del balance entre la ingestión de energía y el gasto que se produce con el ejercicio y un estilo de vida sedentario. El sobrepeso y la obesidad se consideran como una de las principales enfermedades crónicas no transmisibles, pues a su vez constituyen la base para el desarrollo de otras patologías que condicionan un deterioro de la calidad de vida. Dentro de los problemas frecuentemente asociados al sobrepeso y a la obesidad están los trastornos cardiacos relacionados con dislipidemias, hipertensión arterial y un incremento anormal de la cantidad de grasa abdominal, intolerancia a la glucosa, marcadores inflamatorios y el estado protrombótico. El sobrepeso y la obesidad están influenciadas principalmente por el ámbito familiar, la sociedad y las características demográficas, por lo que es recomendable que las intervenciones de salud se enfoquen en todo contexto que pueda repercutir en la alimentación y la actividad del escolar con respecto a la promoción de un estilo de vida más saludable, a fin de prevenir precozmente factores de riesgo, como el sedentarismo y los malos hábitos alimentarios, y evitar la aparición de enfermedades prematuras. En México no existen estudios que demuestren la obesidad y anormalidades cardiopulmonares en niños; sin embargo, en otros países sí se ha estudiado esta relación aunque algunos investigadores no han encontrado relaciones estadísticamente significativas. De acuerdo con algunos hallazgos de la literatura, la reducción del volumen pulmonar se correlaciona con el grado de la obesidad.



FUENTE: Arias-Rico, José,  Cortés-Cortés, Sandy Marlene, Ramírez-Moreno, Esther,  Sánchez-Padilla, Ma. Luisa, Jiménez-Sánchez, Reyna Cristina, Saucedo-Molina, y Teresita de Jesús (2016). Obesidad infantil y su relación con indicadores cardiopulmonares en escolares mexicanos. Aquichan, 16(2),148-158.


 


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